Los órganos de la Catedral
Anglicana “St. John the Baptist”.
En septiembre de 1825, en
virtud del tratado que permitía la libertad de cultos, se instaló el primer
templo protestante en Buenos Aires.
Efectivamente, la Iglesia
Episcopal Británica -hoy conocida como Catedral Anglicana St. John the
Baptist- se ubicó en la calle 25 de Mayo, frente a la Capitanía del Puerto,
en el llamado “barrio de los ingleses”.
La construcción del edificio -que
todavía hoy se conserva en el mismo lugar- se inició el 5 de abril de 1830; su
diseño se debe al arquitecto Richard Adams, la ejecución de la obra estuvo a
cargo del Sr. Thomas Whitfield.
El primer servicio religioso se
realizó el 6 de marzo de 1831, con el oficio del Rev. John Armstrong.
La Catedral Anglicana St. John the Baptist de Buenos Aires |
El domingo 27 de mayo de aquel
año, se inauguró el órgano de esta Iglesia, instrumento que fue donado por el
Sr. Edward Lumb, y cuya construcción vigiló celosamente Mr. George Lord. Con
tal motivo se realizó un concierto de música sacra que incluyó las siguientes
obras:
Obertura de “La Redención”; Handel.
Te Deum Laudamus; Handel.
Jubilate Deo; Handel.
Voluntary al órgano; Brodarif.
Salmo 121; Wainwright.
Thou art
the king of glory, del
“Te Deum de Dettingen”; Handel.
Let the
bright Seraphim, del
oratorio “Sansón”; Handel.
Gran coro del “Mesías”, Aleluya; Handel.
El órgano que se estrenó en
aquella ocasión fue construido en Inglaterra por Mr. Richard Nicholson, de
Rochdale, quien también había fabricado el famoso instrumento para la iglesia
de St. Mathew de Manchester.
Lamentablemente no se conocen más detalles de aquel primer órgano de la Iglesia Anglicana St. John the Baptist, pero podemos inferir que sería muy parecido en todo al instrumento que el mismo Nicholson hizo en 1839 para la Capilla All Hallows de Cumbria, Kendal.
Órgano Nicholson (1839) de la Capilla All Hallows |
Treinta y tres años después, aquel primitivo órgano sería reemplazado por otro instrumento, el cual fue construido en Londres por la firma “Bryceson”.
Este último, había sido estrenado
en las mismas instalaciones de la factoría -ubicada en Brook Street, Euston
Road- con dos conciertos que se realizaron los días 23 y 24 de febrero de 1864;
los mismos estuvieron a cargo de Mr. Frederic Archer, organista del Royal
Agricultural Hall.
El Sr. Edward Lumb, quien en 1831
había donado el órgano “Nicholson”, recibió el instrumento en Londres y
supervisó su traslado -por barco- a Buenos Aires.
Dibujo del órgano Bryceson (1864) en su supuesta apariencia original |
Este órgano permaneció
durante treinta y un años en la Catedral Anglicana.
En 1895, el instrumento fue
desmantelado y almacenado en un galpón; en su lugar, se instaló un nuevo órgano
construido por la casa “Bishop & Son” de Londres.
Aunque muy modificado respecto de
su estado original, todavía hoy se conserva este instrumento en su primitivo
emplazamiento.
Órgano Bishop (1896) de la Catedral Anglicana St. John the Baptist |
Llama la atención el breve
período de tiempo en que los dos primeros órganos de la Iglesia St. John the
Baptist fueron reemplazados ...
Y más extraño aún resulta este
hecho al cotejar la composición, relativamente similar, de los tres
instrumentos que allí existieron:
Al comparar la disposición de los instrumentos, se puede
observar el incremento progresivo en la cantidad de los registros con que
contaba cada uno de los órganos, obvia razón por la que se justificaría el
temprano reemplazo de cada uno de ellos.
El
órgano de la Iglesia Anglicana “All Saints” de Quilmes.
Como quedó dicho, la Catedral Anglicana albergó
-sucesivamente- tres instrumentos: el órgano “Nicholson” de 1831 a 1864, el
“Bryceson” de 1864 a 1895 y el “Bishop” desde 1895 hasta la actualidad.
Del primero, se desconoce cuál fue su destino al ser
desmontado; probablemente fuera cedido a la Iglesia Anglicana St. Peter,
en Buenos Aires, la cual fue demolida hacia mediados del siglo pasado.
El segundo, en cambio, corrió con mejor suerte ...
Vista de la Iglesia Anglicana "All Saints" de Quilmes |
Para 1895, la Iglesia Anglicana All Saints de
Quilmes (en la Provincia de Buenos Aires) se hallaba en la etapa final de su
construcción -la que había comenzado tres años antes- pero esto no impidió que
su Consejo tramitara la compra del órgano “Bryceson” que perteneciera a la
Iglesia St. John the Baptist.
En efecto, el instrumento fue adquirido -en el estado en que se encontraba- en la suma de cincuenta libras esterlinas, un costo relativamente bajo si consideramos que el precio del modelo más completo que la firma “Bryceson” ofrecía en su catálogo del año 1864 era de doscientas veinticinco libras.
El órgano que se había encargado aquel año para la Catedral
Anglicana fue -sin duda- pedido especialmente, ya que su composición superaba
aún el detalle del mayor instrumento catalogado.
Se comisionó entonces al organero Walter Wainwright para
que se ocupara de su reconstrucción e instalación en la All Saints Church
de Quilmes.
A comienzos de 1896, este último presenta a la Comisión de la Iglesia una “Especificación”, conteniendo un informe del estado del instrumento, así como los trabajos propuestos (ver “Documento 1” en la sección “Documentos”).
El costo de la renovación del “antiguo órgano” era de $
2.000- m/l. y el tiempo estimado de realización de la obra, dos meses y medio.
El organero detalla, además, la disposición del
instrumento:
Great: Op. Diapason 8
ft., Hohl Flote 8 ft., Dulciana 8 ft., Harmonic Flute 4 ft., Principal 4 ft.,
Clarion 4 ft.; Swell: Bourdon 16 ft., Op. Diap. 8 ft., Stopt. Diap. 8 ft.,
Viola 8 ft., Gemshorn 4 ft., Mixture 12th & 15th, Mixture
various, Oboe 8 ft., Cornopean 8 ft.; Pedals: Open Diap. 16 ft.; Three couplers
& two comp. pedals; Cresciendo on Swell by pedal.
Más abajo declaraba al Cornopean del Swell como
“casi inútil”. Proponía que el Clarion “podría cambiarse a su lugar y un nuevo
Clarionet -un buen registro de solo- traído de Inglaterra” se colocaría en el Great,
lo cual sería una “muy rica adición” para el órgano. Esto podría hacerse por la
suma extra de $ 250-.
Hacia el mes de mayo de aquel mismo año, Wainwright firma
conjuntamente con Mr. George Davenport -representante del Consejo de la
Iglesia- un “Memorandum de Acuerdo”.
En este documento, aclaraba que se encargaría personalmente
del traslado del órgano desde el galpón Drysdale -ubicado en la calle México,
en Buenos Aires- hasta un vagón de ferrocarril y, luego de su arribo a Quilmes,
desde el vagón hasta un lugar previamente asignado, pero no se comprometía a
cargar con los gastos del transporte.
En cuanto a las tareas de reconstrucción del instrumento,
el organero especificaba -entre otras cosas- que las secretas serían
examinadas, las válvulas recubiertas nuevamente con cuero, los muelles
regulados; los fuelles serían rehechos y el reservorio examinado y sellado.
Los dos teclados manuales serían recubiertos con celuloide
altamente pulido; los paños serían renovados en todo el órgano, de modo de
hacer el accionamiento lo más silencioso posible.
El mecanismo del teclado pedal sería hecho enteramente a
nuevo, según los “mejorados métodos modernos”, incluyendo la adición de dos
nuevos juegos de escuadras; el organero decía tener los materiales necesarios
en depósito, los cuales habían sido fabricados por orden especial en
Inglaterra.
La caja del instrumento sería arreglada de acuerdo al
plano, y las secretas ubicadas según los requerimientos acústicos.
Las persianas de la caja expresiva serían revestidas con
paño y la acción del pedal de “cresciendo” arreglada acorde a los métodos
modernos.
Dado el reducido espacio disponible en la cámara en la cual
iría colocado el órgano -en el crucero oeste de la Iglesia- los tubos del pedal
serían colocados de forma de evitar cualquier corte en el tejado o en el piso.
Los tubos de metal serían examinados, limpiados y
reparados; así como los de madera.
Serían fabricados dos nuevos fuelles manuales y un “aparato
soplador” de madera dura y ejes de hierro.
Todo el instrumento sería cuidadosamente regulado y
finamente entonado, de modo de obtener “el mejor resultado posible” de la
tubería existente; pero no se insertarían tubos nuevos.
Con el registro Cornopean -probadamente inútil- el organero
trataría de “hacer lo mejor que pudiera con él”.
La caja existente del órgano sería reutilizada, la fachada
no excedería la línea interna del arco de la cámara y la misma sería barnizada
de nuevo.
Los tubos del frente serían limpiados, las abolladuras se
quitarían y el diseño general de la fachada se preservaría.
Tubos decorados de la fachada del órgano Bryceson (1864) de Quilmes |
El fuellero tendría acceso a las bombas manuales mediante
una puerta en la cámara.
Se haría una nueva banqueta de cedro para el organista,
barnizada, de diseño conveniente.
El Consejo de la Iglesia debería proveer un lugar apropiado
en Quilmes, en el cual se pudieran llevar a cabo las tareas detalladas.
Finalmente, el organero garantizaba un instrumento que -con
todas sus partes activas renovadas- brindaría un servicio satisfactorio, con
los mismos registros y efectos que aquel poseía cuando se encontraba en uso en
la Iglesia St. John the Baptist.
El trabajo -que contaba con una garantía de cinco años- se
realizaría utilizando “sólo los mejores materiales”, en el tiempo estimado de
cuatro meses, a partir del arribo del órgano a Quilmes y por un costo total de
$ 1.800- m/l.
Al parecer, las tareas de reconstrucción del instrumento
comenzaron inmediatamente después de firmado este acuerdo, ya que en menos de
cuatro meses aquel había sido estrenado en su nuevo emplazamiento.
El diario “The Standard”, del día miércoles 2 de septiembre
de 1896, publica en sus páginas un interesante artículo en el que se describe
la ceremonia de “dedicación” del órgano:
El
órgano en la Iglesia de Todos los Santos, Quilmes.
El
tercer aniversario de la dedicación de la Iglesia mencionada tuvo lugar el
domingo último y estuvo especialmente marcado por la dedicación del nuevo
órgano a cargo del Señor Obispo de las Islas Falkland.
Gracias
a la liberalidad de la Sacristía de la iglesia de St. John, este les fue
adquirido por un precio meramente nominal y reconstruido, renovado, etc., por
el Sr. Wainwright. Una oportunidad de oír el instrumento tendrá lugar este
miércoles al atardecer, a las 8.30 p.m. El Sr. Hiley, el organista de St. John
amablemente consintió en ofrecer un recital.
Dos
solos también serán cantados por la Sra. Lovett. La congregación está en gran
deuda hacia el Sr. Morgan por su generosa donación de $ 100.- para este fondo.
Ellos tienen que ser felicitados más allá por haber afianzado “gratuitamente”
los servicios del Sr. Saving, como organista: este caballero ha actuado en esta
facultad en el viejo país. El Sr. Manes ha aceptado amablemente los deberes de
organista asistente. Los siguientes detalles particulares pueden interesar a
nuestros lectores:
El
órgano fue construido en Londres por Bryceson, y data de 1864. El instrumento
está ahora siendo completamente renovado – las partes desgastadas como los
mecanismos del teclado, fuelles, etc., están siendo reemplazadas por otras
nuevas o renovadas, los tubos se encuentran en un estado muy dañado, pero
aquellos serán restaurados – y así el órgano será completamente modernizado.
Algunos
de los registros son de fina calidad y sus notas del pedal son siempre famosas;
la renovación ahora está dando un resultado satisfactorio, pero el órgano
reclama grandemente la adición de algunos suaves registros de solo. Hay lugar
para la adición de estos sin hacer demasiadas alteraciones.
La
siguiente es la especificación del órgano con las adiciones propuestas:
Dos teclados de 54 notas cada uno, un teclado
pedal de 30 notas, con los registros divididos como sigue:
Grand Organ.
Open Diapason 8 ft. Tone
Dulciana 8 ft. “
Röhr Flöte 8 ft. “
Principal 4 ft. “
Harmonic Flute 4 ft. “
Adición propuesta:
Clarinet.
Cresciendo Organ.
Bourdon 16 ft. Tone
Diapason 8 ft. “
Viola (inútil) 8 ft. “
Gemshorn 4 ft. “
Twelfth 3 ft.
“
Fifteenth 2 ft “
Cornopean 8 ft. “
Clarinet (inútil) 8 ft. “
Adiciones propuestas:
Violin, Gamba, Vox celeste, Lieblich Flute, Vox Humana.
Pedal Organ.
Double Open Diapason.
Adición propuesta: Bourdon
Profundo.
La Viola y Clarinet
marcados como “inútil” son registros hechos en este país y no dan un resultado
satisfactorio. Las adiciones que se proponen arriba, con los tubos traídos de
Inglaterra, harán del órgano uno de gran rango, y se contará entre los mejores
del país.
En este artículo se producen varias imprecisiones y contradicciones respecto del plan presentado por Wainwright antes de comenzar con los trabajos de renovación del órgano.
Por empezar, el organero se comprometía a colocar en el instrumento “los mismos registros y efectos que aquel poseía cuando se encontraba en uso en la Iglesia St. John the Baptist” pero como vemos, al comparar la disposición dada en su informe previo con la que se brinda en el diario, se introducen en esta última ya varios cambios.
Los registros marcados como
“inútil” no son “hechos en este país” sino que provenían de un órgano italiano
y fueron instalados en el instrumento, presumiblemente, hacia 1880 cuando aquel
se encontraba aún en la Catedral Anglicana.
En su “Memorandum” del mes de
mayo, Wainwright aclara que el registro “inútil” era el Cornopean, sin embargo
cuatro meses más tarde este ya no lo es y, en cambio: sí lo son la Viola y
Clarinet ?
Tal vez sólo se trate de una
confusión en la nomenclatura de los registros, pero lo cierto es que la
diferencia entre aquellos es bien pronunciada.
Por otra parte, hubiera sido
imposible albergar en el órgano todas las “adiciones propuestas” para el
“Cresciendo Organ” sin tener que introducir en él “demasiadas alteraciones”.
Afortunadamente, la
mayoría de las adiciones no se llevaron a cabo ...
Aunque sí es de lamentar la
pérdida de los registros Stopped Diapason, Mixture y Oboe del Swell Organ.
En fin, casi un año después de
que el instrumento fuera dedicado, en agosto de 1897 el Sr. Henry Wellby
presenta dos informes referentes al órgano: un “Reporte ...” y unas “Mejoras
sugeridas ...” (ver “Documento 2” y
“Documento 3” en la sección “Documentos”).
En el primer documento, el
organista dice haber encontrado considerables “traspasos” de aire en la parte
del agudo de las secretas, y atribuye este hecho a la “edad del órgano”; que
por entonces era sólo de treinta y tres años !
Describe haber hallado que los
tubos correspondientes al grave de la Viola Diapason no respondían prontamente
y además hablaban “demasiado suave”.
La nota Sol del registro
Fifteenth del Swell no cantaba; el Cornopean y Clarionet requerían una
“pequeña regulación”.
El Mi bemol agudo del acople Swell
to Pedal no accionaba. El Trémolo hacía demasiado ruido.
Vista de la consola del órgano Bryceson (1864) de Quilmes antes de su restauración |
En el segundo documento, Wellby
sugiere quitar el Clarionet del Swell y colocarlo en el “lugar
preparado” en la secreta del Great.
Poner un nuevo registro de Vox
Humana en lugar del Clarionet en el Swell; la Vox Humana comenzaría en
el segundo Do del teclado y la primera octava sería “rellenada” por otro juego.
Quitar un registro de 4 pies en
el Swell y sustituirlo por una Gamba de 8 pies, de un tono batiente;
este empezaría también en el Do tenor.
Colocar un nuevo teclado para el Pedal;
cada tecla sería de “medida moderna” y la pedalera “radial y cóncava”. El pedal
de Swell iría ubicado a un lado de la consola.
Traer hacia delante la fachada
del órgano, por sobre el “claro del arco de acuerdo al diseño”.
Por último, alterar el sistema de
suministro de aire, utilizando una “palanca larga” y ejes de madera o hierro en
vez del sistema de cableado en uso.
Nuevamente, por fortuna, los
cambios propuestos por Wellby no fueron efectuados.
Un mes más tarde, en septiembre
de 1897, Wainwright dirige una carta al Rev. Stevenson -miembro del Consejo de
la Iglesia- para “recordarle” que el Trémolo que había colocado en el órgano al
momento de reconstruirlo demostró ser utilizable; como la instalación de aquel
no estaba contemplada en la obra, si el Consejo quería que el mismo
permaneciera en el instrumento, debía abonar al organero la suma de $ 50.-, de
otra forma sería quitado (ver “Documento 4” en la sección “Documentos”).
Todo parece indicar que -en aquellos días- el organero Wainwright se hallaba trabajando en algún otro órgano en su taller, ya que indicaba al final de su carta: “estaré muy complacido en recibirle en la fábrica en cualquier momento que Ud. venga. El trabajo manual está ahora en una interesante fase. La fábrica se encuentra al final del patio en la casa privada (de la calle Tucumán) nº 857”.
Años después, en 1905, se pidió a
la “Antigua Casa Poggi” que elaborara un presupuesto para la limpieza del
instrumento.
Su titular, el Sr. Alberto Mateo
Poggi, decía en el informe -luego de haber revisado el órgano- que aquel
realmente necesitaba una reparación formal, además de la limpieza, lo que
costaría $ 400.- m/n.
Según él, había dos registros
“malos o de mal efecto para las combinaciones de los demás”, Viola y Clarinete;
propone entonces cambiarlos por otros dos, Viola Gamba y Celestial. “El precio
de este otro trabajo valdría $ 300.- m/n y por todo $ 700.- m/n.”.
“Si la honorable Comisión se
decidiera a aceptar esta propuesta”, continúa, “será trabajo de un mes, para
que se lo pueda activar y hacerlo en menos tiempo dejando siempre el Organo
tocable para los Domingos”.
El presupuesto de Poggi -al
parecer- no convenció al Consejo, ya que poco tiempo después se pidió la
opinión del Sr. Boreham, representante de la firma “Organ Manufactory” de
Londres (ver “Documento 5” en la sección “Documentos”).
Este declaraba haber
inspeccionado el instrumento y creía que aquel necesitaba ciertas mejoras, de
modo de “hacerlo más conveniente para los requerimientos de la Iglesia”.
La “afinación completa del
órgano” incluiría “el suavizado y la regulación de los registros”.
El Violin Diapason del Great
Organ sería entonado de nuevo y los juegos Twelfth y Fifteenth del Swell
serían aunados en un solo tirador; en el lugar dejado por el registro vacío se
colocaría un registro de Salicional.
La Viola se re-entonaría como una
Voix Celeste para cantar conjuntamente con el nuevo Salicional y un Oboe se añadiría
en lugar del Clarinette.
Un Bourdon sería agregado en el Pedal
Organ y una “suave” Cremona se colocaría en el Great Organ.
El costo estimado de todas estas
“mejoras” era de cien libras, exceptuando el añadido del registro de Cremona.
Como la firma a la que el Sr.
Boreham representaba se encontraba en Inglaterra, este incitó al Consejo a que
se comunicase con Mr. Gray Dawson -dueño de la factoría- para obtener un
“presupuesto completo”.
El señor J. R. Cavendish, envió
entonces una carta a la Comisión de la Iglesia diciendo que, luego de haber
leído el reporte de Mr. Boreham, este último opinaba correctamente en cuanto a
la necesaria limpieza del órgano, pero no decía “ni una palabra” sobre la
reparación del mecanismo del instrumento, siendo que probablemente el mismo
debería ser renovado.
Aquel pensaba que este trabajo
era mucho más importante que el añadido de nuevos registros.
Los pedales, en su opinión,
hacían un ruido excesivo e innecesario; esto debería ser solucionado.
En referencia a los registros,
estaba de acuerdo con la reentonación del Violin Diapason del Great y el
cambio -por ende- de su nombre; pero se oponía a unificar en un solo tirador
los juegos de Twelfth y Fifteenth del Swell, ya que -creía- el Twelfth
debía ser quitado para colocar en su lugar otro “registro de mayor uso”, como
ser un Keraulophon.
Opinaba que era “absolutamente
necesario” contar con un Salicional y una Celeste.
Sigue su exposición diciendo que
sería una “tremenda ganancia” para el Swell quitar el Clarinette y poner
un “suave” Oboe en su lugar.
El agregado de un “suave”
registro de 16 pies en el Pedal Organ sería también una gran mejora.
Un “suave” juego de lengüeta en
el Great se revelaba -asimismo- como necesario.
En resumen, pensaba que el órgano
realmente clamaba por una limpieza total y una apropiada reparación de sus
mecanismos; así, no quedaba duda de que el instrumento sería “conveniente en
todo sentido a los requerimientos de la Iglesia”.
Resulta un tanto risueño
contemplar como, en aquella época, se hacía frecuente uso de la palabra “suave”
para denominar a los registros que estaban en boga y a los cuales se pretendía
incluir en el órgano, aún en detrimento de otros juegos mucho más útiles y
verdaderamente necesarios.
Obviamente, la premisa que
reinaba entonces era la de seguir la “moda” a cualquier precio.
Un instrumento que contaba con
treinta o cuarenta años de edad era considerado “anticuado” y debía ser
modernizado, aunque ello demandase grandes sumas de dinero.
Vista del órgano Bryceson (1864) de Quilmes antes de su restauración |
Esto fue lo que llevó, en abril
de 1906, a los miembros de la Comisión de All Saints a solicitar apoyo
económico a la empresa de ferrocarriles “Southern Railway” para poder solventar
los gastos de “restauración del órgano”.
En la misiva enviada a Mr. Thomas
Gregory -Manager General de la firma- se decía que el instrumento estaba “en
muy mal estado” siendo “absolutamente necesario que sea atendido a la brevedad,
ya que está fallando y es factible que pronto sea prácticamente inutilizable”.
La suma requerida era de $
1.100.- m/n. es decir unas cien libras, lo cual representaba “más de lo que la
congregación puede contribuir”; enseguida se argumentaba que “es perdonable
solicitar esta ayuda de la Southern Railway, considerando que `All Saints´
provee el bienestar espiritual de un gran número de miembros del personal del
ferrocarril, en Quilmes y sus alrededores”.
Unos días después, a comienzos de
mayo, el Sr Gregory contesta al Consejo de la Iglesia que el Comité local de la
empresa, siguiendo su recomendación, había “concedido la donación de $ 500.-
m/n. para el fondo de restauración del órgano” (ver “Documento 6” en la sección “Documentos”).
Providencialmente,
como la donación de la empresa “Ferrocarril del Sud” apenas alcanzó a menos de
la mitad de la suma solicitada por la Comisión de All Saints, la mayor parte de las “mejoras” propuestas por Poggi,
Boreham y Cavendish no se llevaron a cabo, debiendo conservarse los registros
“malos”.
En
cambio, la suma donada sí alcanzó para quitar -en el Swell- el registro de Twelfth y colocar en su reemplazo un juego de
Violin Diapason proveniente de un órgano alemán; la Viola -de origen italiano-
fue entonces reutilizada como Vox Celeste.
Además,
es probable que se haya efectuado una limpieza y regulación de los mecanismos
del órgano.
Diez años más tarde, en enero de
1916, el Sr. Secretario de la Comisión pide consejo al Sr. Treavett diciendo:
“tenemos un considerable problema con el órgano ... hay un escape de aire en
los fuelles”.
Habiendo tratado de encontrar a
“alguien capaz de hacer algo por el instrumento, pero sin éxito, Mr. Hawes
sugirió que Ud. no tendría dificultad en ponerlo bien para nosotros”, decía en
su carta.
En julio de aquel año, se
solicita un presupuesto a la casa “C. J. Christie e Hijo” para la reparación
del órgano (ver “Documento 7” en la sección
“Documentos”).
Para ello, el Sr. Strong inspeccionó
el instrumento encontrando fallas en los mecanismos de funcionamiento y un
avanzado estado de apolillamiento de algunas partes de madera.
Como el costo de una “renovación
completa” sería tan elevado que “casi igualaría el precio de un nuevo órgano”,
las mejoras que pudieran hacerse dependerían -desde luego- de la suma que la
Iglesia estuviera dispuesta a gastar.
Entonces, se dividió la
cotización en tres opciones: la primera, con un costo de $ 374.- m/n., se
refería a la tubería, la cual se encontraba en “muy mal estado”. Incluía además
la reparación de las piezas rotas de la mecánica, la regulación y entonación
total, lo que se haría “de la mejor manera posible”.
La segunda, abarcaría la
renovación de los paños en los mecanismos: molinetes, escuadras y pedales -ya
que el accionamiento era “demasiado ruidoso”-; esto demandaría otros $ 300.-
m/n.
En la tercera opción se estimaba
que por $ 128.- m/n. se “remediaría parcialmente” lo detallado en el “item”
segundo. El cambio de los paños gastados incluiría, también, una “posible mejor
regulación”.
Vista del órgano Bryceson (1864) de Quilmes antes de su restauración |
Luego de una semana de haber sido
presentado el presupuesto, una carta de parte de la firma “Christie” alega que
el trabajo sería hecho “lo mejor posible” pero que no se podía “garantizar
absolutamente la perfección del mismo por un tiempo estipulado” dada la
“extremadamente mala condición del órgano, especialmente por el hecho de que
las maderas están apolilladas y la tubería se encuentra sumamente golpeada”.
En su opinión, “después de la
ejecución del trabajo estimado, el órgano podría ofrecer unos cinco años de
uso, si se realizan las revisiones periódicas para mantenerlo en condición
tocable”, aunque “exceptuando cualquier posible problema ocasionado por el
apolillamiento de la madera, y dado que no se conoce la edad del cuero de los
fuelles”.
El día 31 de julio el Sr. Oldham,
en representación del Consejo de la Iglesia All Saints de Quilmes,
comunica a Mr. Christie que se había decidido aceptar su propuesta, y por ello
“estaba autorizado a proceder con las reparaciones estipuladas en los puntos
primero y tercero” (ver “Documento 8” en la sección “Documentos”).
Asimismo, se le consulta “cuál
medida podría tomarse para prevenir a las maderas, aún las apolilladas, de
sufrir un mayor deterioro y, en ausencia de un mejor tratamiento, sugerimos dar
un revestimiento de `creasota´ u otro insecticida más efectivo, a todas las
partes afectadas”.
En los documentos, esta noticia
es la última que se tiene sobre los trabajos que se realizaron en el
instrumento.
Sin duda -y sin contar la
instalación del moto-ventilador eléctrico que reemplazaría al primitivo sistema
de insuflación manual del aire, claro está- aquellas tareas efectuadas en 1916
conformaron la postrera intervención en el órgano hasta el año 2000.
Bibliografía
- Archivo Documental de la
Iglesia Anglicana “All Saints” de Quilmes, Provincia de Buenos Aires, República
Argentina.
- BIOS (The British Institute
of Organ Studies ) web
site. Ver
- Biblioteca Nacional;
Sección Hemeroteca: Diario “The Standard” del 2 de septiembre de 1896.
- Gesualdo, Vicente
(Buenos Aires, 1978): Historia de la Música en la Argentina.
- NPOR (The National Pipe Organ Register) web site. Ver
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